En mi centro de trabajo, un centro penitenciario, la población masculina es muy superior a la femenina, estoy hablando de 900 internos sobre unas 65 internas. 

Hay dos tipos de talleres productivos, uno para hacer piezas de coches, en el que los trabajadores son hombres, excepto la limpiadora que es una mujer. Observamos como a la población femenina se le asigna las tareas de limpieza que es la que le corresponde al rol tradicional de la mujer.

El otro taller es de costura, ahí trabajan hombres y mujeres, desarrollando las mismas tareas, pero las tareas de limpieza de este taller también las hace una interna.

Las mujeres en este centro penitenciario, a parte del numero, son pocas en relación a los hombres, según la opinión generalizada, crean problemas, sin tener en cuenta que los problemas surgen tanto por parte de hombres como de mujeres, no se puede generalizar que por el mero hecho de ser mujer vas a crear un conflicto con tus compañeros  de trabajo hombres. 

Sobre el salario que cobra la población  reclusa , depende de la producción de piezas que hagan, por eso creo que no habrá brecha salarial.

Respecto al funcionariado, al principio cuando yo empecé a trabajar había distintas oposiciones para hombres y mujeres, donde el número de plazas para hombres era muy superior al de mujeres. Con la unificación de las escalas masculina y femenina del Cuerpo de Ayudantes de I.I.P.P. (R.D.1836/2008), las plazas que salen a oposición son para ambos sexos. Donde el numero de aprobados mayoritario es femenino y no se si a la larga esto creara nuevos problemas en las prisiones españolas, ya que la población reclusa sigue siendo masculina. Según el Periódico de España, en un artículo de Violeta Molina Gallardo(19/06/2022), la población reclusa femenina representa menos del 7% del total. En la distribución de servicios  de los funcionarios no se diferencian hombres de mujeres.

Sigue habiendo puestos de trabajo dentro de la prisión mayoritariamente femeninos con Trabajadoras Sociales y A.T.S., como sucede en la calle.